García Márquez y sus películas

Por Ramsés Ancira

No mucho antes de su muerte, la realización de la película Memoria de Mis putas tristes fue objeto de una controversia en México, principalmente por iniciativa de la periodista Lydia Cacho quien objetaba el uso de dinero público para producir una película sobre un tema que lacera a la sociedad del Siglo XXI, la prostitución de menores.

Toda una discusión sobre si la literatura y un relato de ficción, incluso el cine, pueden dañar la ética social. La cinta, pese a lo estrambótico del título no tuvo tanta repercusión y más que nada volvió a traer el planteamiento de las dificultades que tiene llevar al cine una obra literaria.

Pero como sucede prácticamente en cualquier vida famosa, la de García Márquez no siempre lo fue y si recibió regalías que le permitieron vivir en el Pedregal de San Ángel, una zona de la Ciudad de México reservada a quienes han podido reunir una fortuna, su relación profesional con el cine empezó de una manera mucho más modesta, como redactor de noticiarios cinematográficos, compartiendo la nómina con don Fernando Marcos y  Carlos Fuentes.

Quizá estos noticiarios serán los que mas importante huella vayan a dejar de la presencia de García Márquez en el celuloide, toda vez que son los que mejor documentan, incluso con humor, los usos y costumbres de la vida en México a mediados del Siglo XX.

A la Memoria de Mis Putas Tristes, del 2011, le antecedió, como gran producción de Hollywood El Amor en los Tiempos del Cólera, de 2007. A la  muerte de García Márquez, en la Semana Mayor de 2014, los usuarios de la Internet Movies Data Base le daban a esta película protagonizada por Javier Bardem, apenas un poco arriba de la calificación aprobatoria, 6.4

Como película mexicana, la última que se filmó en vida de su autor, Gabriel García Márquez fue El Coronel no tiene quien le escriba, con el protagónico de Fernando Luján, en 1999, dirigida por un especialista en películas deprimentes y depresivas, Arturo Ripstein.

Como este artículo no pretende ser un catálogo exhaustivo de la obra de García Márquez en el cine, para lo cual es preferible consultar la IMdB, tomaremos como su primera contribución destacada el guión de El Gallo de Oro donde volvió a trabajar con Carlos Fuentes después de los guiones de noticieros de cine; esta vez sobre un argumento de Juan Rulfo, dirigido por Roberto Gavaldón (uno de los más notables, aunque dicen malhumorados directores mexicanos, autor de La Rosa Blanca, Macario y las Cenizas del Diputado), Este acontecimiento cinematográfico está datado en 1964.

El año siguiente, con Emilio García Riera, participa en el guión de En Este Pueblo no hay Ladrones, de Alberto Isaac, una película que, por cierto, está mejor valorada por los aficionados al cine, que otras de más presupuesto. También de 1965 es el cuento Lola de Mi Vida, dirigido por Manuel Barbachano Ponce como parte de  Amor, Amor, Amor.

Asómbrese, en esta cinta también participó el filósofo y escritor Luis Villoro...como actor. Los créditos incluyen a Carlos Fuentes, también frente a la cámara, y a Inés Arredondo y Juan de la Cabada como guionistas y adaptadores.

De 1969 es la historia Patsi, Mi Amor, una tierna historia con Ofelia Medina como la adorada hija de un diplomático, interpretado por Joaquin Cordero, que se enamora de un hombre casado, cuyo papel representa  Julio Alemán. 

La trama de García Márquez no condena, nadie se "azota" por los amores "ilícitos". Muestra una historia de algo que pasa periódicamente en la vida y ya.

En este rápido repaso destacamos La Viuda de Montiel, por la actuación de la hija de Charles Chaplin, Geraldine y por la coautoría en el guión de José Agustín (1979). De ese mismo año es María de mi Corazón que nos regala e introduce al cine a una de las más queridas actrices mexicanas, María Rojo.

En total hay por el momento 51 contribuciones literarias de García Márquez al séptimo arte, pero hay una indirecta que vale mucho la pena destacar, ser el padre de Rodrigo García, uno de los directores que más nos han hecho conmover con la cotidianidad de la vida y de la tragicomedia del día a día.

Rodrigo es, dicho sea de paso, el director de En Terapia, una hermosa serie de televisión sobre un sicólogo y sus pacientes. Nueve Vidas y Madres e Hijas, esta última que sigue explorando el camino que sembró Ingmar Bergman en Sonata de Otoño, son otras de sus películas relevantes.

A la muerte de Gabriel García Márquez nos queda afortunadamente Rodrigo, representante de una nueva generación latina, que ha dado al cine y la televisión de Estados Unidos un rostro más sensible y compasivo.

Rodrígo García, quien considera su obra como un contrapunto a las películas comerciales

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