The Odessa Files y The Russia House: Dos de espías llevadas al Cine
Ambas llevan el mismo título de las novelas que las inspiraron y ambas tienen que ver con los espías; pero mientras la primera pertenece a una época en la que las historias de nazis aun no estaban completamente explotadas, la segunda tiene que ver con la perestroika y la lucha de un hombre por vencer a los servicios secretos más poderosos del mundo.
Ambos originales son de autores ingleses.
Los Archivos de Odessa, su título en español, fue dirigida en Alemania por el británico Ronald Neame, cuya cinta más conocida es la original de La Aventura del Poseidón.
The Odessa File cuenta la historia de uno de los mejores escritores de espionaje de la primera primer mitad del Siglo XX, Frederick Forsyth y está situada en una época en que los antiguos agentes del Servicio Secreto (SS) Alemán estaban metidos de lleno en diversas áreas del gobierno germano, 18 años después del fin de la II Guerra Mundial.
Forsyth toma como protagonista a un periodista de 1963, muchos años antes de que Kapuzinsky nos hiciera saber que este oficio no es para cínicos.
Peter Miller, que así se llama el personaje interpretado por un extraordinario John Voight, es de ese tipo de periodistas. Tiene una relación sin mayores compromisos con una bailarina nudista y está en la búsqueda de una historia sensacionalista que le permita permanecer en el trabajo.
El suicidio de un sobreviviente de los campos de exterminio le lleva a leer un diario donde se entera de las máximas atrocidades cometidas por un sádico oficial nazi. De pronto algo sucede que le hará desafiar a su editor, a los servicios secretos del Mossad, a la burocracia nazi que ahora tiene contratos en la policía germana y a su todavía guapa, viuda y joven madre quien está convencida de que es mejor olvidar el pasado inmediato.
La trama mejora cuando conocemos el trabajo de Simon Wiesenthal, el verdadero cazador de nazis, quien aporta datos al periodista sobre la organización de los antiguos SS. En Los Archivos de Odessa este papel está fielmente retratado por el actor judío-polaco Samuel Rodenski.
Por su parte La Casa Rusia o The Russia House hace referencia a la oficina británica de asuntos soviéticos que es descrita de manera bastante compleja por el también británico John Le Carre.
Inicia Le Carre su novela describiendo a un mediocre representante de libros que por azares del destino recibe una información que podría calentar la guerra fría, luego continúa el relato otro sujeto mediocre, incapaz de resolver su vida privada y sin más mérito que ser el encargado de redactar las cláusulas de confiabilidad en los contratos que se firman en las ocasionales alianzas del servicio secreto con civiles.
El gran mérito de la novela es que Le Carré iguala en estupidez a los burócratas rusos, a los británicos y a los norteamericanos. Hombres de gris, un poco menos imbéciles que los militares que conservan sus chambas gracias a las intrigas con las que también sobreviven los servicios secretos.
En medio de ellos aparece un editor alcohólico y amante del jazz que por no tener otra cosa mejor que decir un día hace una apología de los seres humanos decentes ante la tumba del escritor del Doctor Zhivago, Boris Pasternak.
Este hecho le hará depositario de importantes secretos militares rusos y rehén de los grises e imbéciles burócratas de tres países.
Llevada al cine, la película añade una escena final que nos deja más satisfechos con el tiempo invertido en la atención de la obra, la de “Scott Blair” en abrazo de victoria a “Katia Orlova”, interpretados por Sean Connery y Michelle Pfeifer, que representa también la victoria de la ética sobre los juegos de guerra.
Los Archivos de Odessa, su título en español, fue dirigida en Alemania por el británico Ronald Neame, cuya cinta más conocida es la original de La Aventura del Poseidón.
The Odessa File cuenta la historia de uno de los mejores escritores de espionaje de la primera primer mitad del Siglo XX, Frederick Forsyth y está situada en una época en que los antiguos agentes del Servicio Secreto (SS) Alemán estaban metidos de lleno en diversas áreas del gobierno germano, 18 años después del fin de la II Guerra Mundial.
Forsyth toma como protagonista a un periodista de 1963, muchos años antes de que Kapuzinsky nos hiciera saber que este oficio no es para cínicos.
Peter Miller, que así se llama el personaje interpretado por un extraordinario John Voight, es de ese tipo de periodistas. Tiene una relación sin mayores compromisos con una bailarina nudista y está en la búsqueda de una historia sensacionalista que le permita permanecer en el trabajo.
El suicidio de un sobreviviente de los campos de exterminio le lleva a leer un diario donde se entera de las máximas atrocidades cometidas por un sádico oficial nazi. De pronto algo sucede que le hará desafiar a su editor, a los servicios secretos del Mossad, a la burocracia nazi que ahora tiene contratos en la policía germana y a su todavía guapa, viuda y joven madre quien está convencida de que es mejor olvidar el pasado inmediato.
La trama mejora cuando conocemos el trabajo de Simon Wiesenthal, el verdadero cazador de nazis, quien aporta datos al periodista sobre la organización de los antiguos SS. En Los Archivos de Odessa este papel está fielmente retratado por el actor judío-polaco Samuel Rodenski.
Por su parte La Casa Rusia o The Russia House hace referencia a la oficina británica de asuntos soviéticos que es descrita de manera bastante compleja por el también británico John Le Carre.
Inicia Le Carre su novela describiendo a un mediocre representante de libros que por azares del destino recibe una información que podría calentar la guerra fría, luego continúa el relato otro sujeto mediocre, incapaz de resolver su vida privada y sin más mérito que ser el encargado de redactar las cláusulas de confiabilidad en los contratos que se firman en las ocasionales alianzas del servicio secreto con civiles.
El gran mérito de la novela es que Le Carré iguala en estupidez a los burócratas rusos, a los británicos y a los norteamericanos. Hombres de gris, un poco menos imbéciles que los militares que conservan sus chambas gracias a las intrigas con las que también sobreviven los servicios secretos.
En medio de ellos aparece un editor alcohólico y amante del jazz que por no tener otra cosa mejor que decir un día hace una apología de los seres humanos decentes ante la tumba del escritor del Doctor Zhivago, Boris Pasternak.
Este hecho le hará depositario de importantes secretos militares rusos y rehén de los grises e imbéciles burócratas de tres países.
Llevada al cine, la película añade una escena final que nos deja más satisfechos con el tiempo invertido en la atención de la obra, la de “Scott Blair” en abrazo de victoria a “Katia Orlova”, interpretados por Sean Connery y Michelle Pfeifer, que representa también la victoria de la ética sobre los juegos de guerra.
La Casa Rusia (1990)
Sean Connery:
Bartholomew 'Barley' Scott Blair
Michelle Pfeiffer:
Katya Orlova
Roy Scheider: Russell
James Fox: Ned
Los Archivos de Odessa
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