Los lunes al Sol

...Un juez obliga a Santa a pagar una indemnización de 10 mil pesetas por la farola rota. Santa la paga, para después detenerse en frente de la fábrica, aún llena de pintas de protesta, y romperla otra vez. En la imagen Javier Bardem.


Por Axel Ancira

En esta película de Fernando de León Aranoa se cuentan una serie de mini historias al rededor de la vida de unos amigos desempleados como consecuencia del cierre de una astillero, ubicado al norte de España.

En un ritmo lento y entre escenas que se muestran con una unidad propia bastante acentuada, la historia se mueve al rededor de disertaciones filosóficas sobre el valor del dinero, el significado de un movimiento obrero, o la repartición de los salarios; pero sin la pedantería de quien lo hace desde un aula atrapado en el idealismo universitario.


Estas pláticas se van deshilachando mientras el grupo de amigos observa un partido de futbol desde las alturas de un edificio en construcción, aunque solo se vea la mitad de la cancha pues la otra parte es tapada por la propia obra; o al sabor de unas copas en un bar.Sin embargo cada uno de los personajes parece retratar un aspecto distinto sobre la vida de un desempleado.


Paulino (José Ángel Egido) vive en la angustiosa espera de ser llamado, y entre oficinas de espera, transcurren sus días, sin que le den empleo por ser muy viejo, o no estar capacitado. La vida se reduce entonces a una larga lista de espera, a una fila, a la espera.

José (Luis Tosar) vive la amargura de ser mantenido por su esposa quien trabaja en una empacadora de atún. Ana se la vive entre desodorantes que le quiten el olor a pescado, mientras que José sufre su impotencia siempre temiendo que Ana lo deje.

El argumento no va mucho más lejos, las escenas en el bar se suceden una tras otra, sin que grandes dramas acontezcan, mas que la desolación de una vida que se planea y se busca pero que no encuentra fuentes de subsistencia. Es Santa quien dentro de su desazón encuentra algunas respuestas y plasma todo su análisis ante la incredulidad del cuento de La Hormiga y la Cigarra. --La hormiga es una hija de puta y una especuladora, mientras que la cigarra nace cigarra y nunca tuvo muchas oportunidades-- dice enojado, cuestionando la clásica fábula de Esopo.

Más allá de esta metáfora es donde se encuentra el valor de esta obra sincera y profunda. El cuestionamiento a un modelo de desarrollo, a la imposición de empresas transnacionales, la reducción de la calidad de vida, de los propios esclavos del capitalismo. Un inmigrante ruso, que a menudo los acompaña llega a la conclusión de que: "Todo lo que nos decían del comunismo no era verdad, pero lo peor es que todo lo que nos decían del capitalismo resultó cierto"




Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Quiénes son los clientes de la industria del cine?

Una Última y nos Vamos

Las películas de Juan Gabriel