Pavillion of Women, Ting yuan li de nu ren, Pabellón de Mujeres


Al cumplir 40 años de edad una mujer china perteneciente a la clase privilegiada, tiene una sorpresa para su patán, grosero y rico marido: una concubina, que de acuerdo a las reglas de etiqueta de la casa será considerada segunda madre para sus hijos, pese a un pequeño inconveniente, el mayor de ellos es un activista comunista un poco mayor que la nueva esposa adolescente de su padre.


El señor Wu, no tiene la obligación de ser un amante considerado, le basta el dinero y el respaldo de una madre tradicional que no por ser china parece distanciarse de otras matronas ricas en otras partes del mundo que se sienten en la obligación de velar por la moral y la vida sexual de sus descendientes y de sus esposas.


A partir de esta anécdota se construye uno de los dramas eróticos más finos y conmovedores que se haya llevado al cine, basado ni más ni menos que en la obra de una escritora galardonada con el Premio Nobel, Pearl S. Buck, la hija de misioneros que más contribuyó a la comprensión occidental de la cultura china.


El guión es de la mujer que además protagoniza esta película, Yan Luo, y de un director que acumula premios y nominaciones en festivales cinematográficos de Berlín, Japón y Hong Kong: Ho Yim.


Pabellón de Mujeres es una película para la que se asociaron China y Hollywood, filmada en inglés y chino mandarín. Su sólido, trágico pero a la vez esperanzador argumento, permite apreciar una original historia de amor, con distintos matices: el filial, el amor a la humanidad y por supuesto la historia ancestral de hombres y mujeres hechos el uno para el otro, pero en el peor momento de la historia y bajo circunstancias particularmente adversas.


El argumento se desarrolla en la tercera década del Siglo XX, cuando la vida burguesa impide a mucha gente darse cuenta de que la historia se está moviendo hacia adelante y que el imperialismo tal vez no sea suficiente para destruir una nación como China, pero en la que el rio revuelto será caldo de cultivo para una nueva Revolución: igual como ocurrió en México en 1910, En Rusia en el 17 y en España en 1936.


La originalidad de Pabellón de Mujeres no sólo radica en que Willem Defoe sea el único actor occidental, sino en la deliciosa sensibilidad femenina de dos mujeres: Pearl S. Buck, redactora de la historia original, y la ya mencionada Yan Luo, quien no conforme con actuar y adaptar al cine, también produce la película.


Una cinta como esta, bella y delicada, no será fácil de conseguir en los videoclubes; en México sin embargo forma parte de la selecta colección de The Film Zone, el canal independiente de cine respaldado por Robert Redford.


Como decíamos, tal vez no le sea fácil encontrar esta película, pero si usted la ve programada, no se vaya con la idea de que se trata de una historia de cárcel de mujeres, al menos no en el sentido tradicional, veala y gozará de una cinta exquisita y espectacular.


Sólo un dato curioso, Defoe, el duende verde de El Hombre Araña, protagoniza aquí a un sacerdote; sólo que mientras en la cinta de acción, desde el primer minuto nos muestran para que sirve el dinero en el cine, aquí no tienen prisa, poco a poco va subiendo la espectacularidad y acabamos presenciando una superproducción en la que la historia es lo más importante.


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