Vámonos con Pancho Villa



Que critiquen a la piratería todo lo que gusten; pero en el centenario de la Revolución Mexicana a ninguna autoridad se le ha ocurrido hasta la fecha programar un ciclo serio sobre las películas del tema, ni siquiera porque Vámonos con Pancho Villa está catalogada como una de las mejores películas mexicanas de todos los tiempos, si no es que como la mejor.

Si alguien quiere verla seguramente le será casi imposible encontrarla en los cineclubes, y no verla es un atentado contra la cinefilia, contra la cultura mexicana y contra una visión no oficial de la historia de México, por lo que descargarla en Internet, puede ser la única posibilidad de conocer esta obra maestra.

Y que conste que no estamos haciendo una invitación a desafiar a la cultura del mercado, simplemente que es una película imperdible y a menos que Cinemex, Cinemark, Cinepolis o cualquier cadena de cines justifique sus precios (que superan los de una jornada completa de salario mínimo) programando un ciclo con películas como esta, más vale buscarla de cualquier manera.

Vámonos con Pancho Villa de Fernando de Fuentes está considerada una cinta paradigmática del Cine Nacional, a pesar de que en su estreno en 1936 no duró más de una semana en cartelera. Paradójicamente para esa fecha De Fuentes, a cuyo honor está dedicada una de las mejore salas de la Cineteca Nacional, ya había estrenado Allá en el Rancho Grande que, en contraste, fue uno de los primeros éxitos de taquilla del Cine Mexicano.

Vámonos con Pancho Villa no glorifica héroes ni hace una apología de la guerra, por el contrario, igual que lo pudo haber hecho la ganadora del Oscar de 2010 Zona de Miedo, en 1936 Fernando de Fuentes cuenta una historia donde habla de la estupidez de la guerra y de la gratuidad de la crueldad.

Hay un diálogo que va mas o menos así y que da muestra de las incongruencias de los héroes. Es cuando le preguntan a Pancho Villa si autoriza el fusilamiento de músicos que fueron capturados. En un principio el jefe de la División del Norte responde que como creen, que mejor los incorporen a los batallones pues para algo han de servir y como le responden que ya sobran músicos simplemente responde "Entonces fusílenlos, para que me preguntan".

Todo es de primera en la película: La música de Silvestre Revueltas, quien por cierto aparece en una escena colocando un cartel donde pide que no le disparen al pianista; la fotografía de Jack Drapper, donde ya cuenta con la colaboración de Gabriel Figueroa; la producción de Alberto J. Pani, que no escatimó gastos en las escenas de batalla, escenas que para la época nada tienen que pedirle comparadas con su tiempo a clásicos del cine bélico como El Puente sobre el Rio Kwai, El Gran Escape o la que a usted como cinéfilo se le ocurra.

El argumento basado en el libro de Rafael F. Muñoz, quien por cierto usted también puede conocer en la cinta, puesto que hace uno de los papeles, el de Martín Espinoza; la adaptación de Xavier Villaurrutia y las actuaciones de un elenco encabezado por Domingo Soler, como Pancho Villa Antonio R. Frausto. Manuel Tamez (Miguel Ángel del Toro, apodado por su juventud Becerrillo) y Carlos López "Chaflan", son otros de los elementos que hacen de esta, una cinta maestra del cine mexicano.

El crítico Emilio García Riera, comenta en su historia del cine mexicano que si Vámonos con Pancho Villa hubiera sido el modelo a seguir y no el de Santa, mucho nos hubiéramos ahorrado las películas de ficheras de la década de los setenta y conoceríamos mucho más de la historia de México gracias al Cine


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