Liv Ullman

Publicado originalmente enfilme.com

Liv Ullman
Por Frida Bárbara Monjarás
Cuando se habla de Liv Ullman, se evoca de forma casi inmediata a Ingmar Bergman. Se dice que cuando se conocieron, él dijo que ambos tenían un lazo doloroso. A pesar de que Ullman sostiene que probablemente le dijo lo mismo a otras mujeres para conquistarlas, Bergman y Ullman mantuvieron una alianza inquebrantable. Amantes, amigos o colegas, no importa cómo se les catalogue, siempre conservaron una relación cercana. Su último proyecto juntos fue Saraband (2003), la última película del director. Durante la filmación Bergman le lanzó una botella a la actriz (en ese entonces de 64 años) después de que se negara a desnudarse en una escena. El altercado terminó finalmente en risas.
A pesar de ser hija de padres noruegos, Liv Ullman nació en Tokio en 1938, debido a que su padre trabajaba en ese tiempo ahí como ingeniero. Creció en un ambiente esencialmente femenino, pues luego de la muerte de su padre se mudó junto con su madre y su hermana mayor a la casa de su abuela, donde residieron solas las cuatro mujeres. A los 17 años se trasladó a Londres a estudiar actuación.
Trabajó en obras de teatro antes de rodar Persona, primera película que realizó con Bergman. Luego su vida se transformó por completo. Ullman tenía veintitantos y estaba casada con un psiquiatra. Bergman se acercaba a los cincuenta años y había pasado por cuatro divorcios. Inevitablemente se enamoraron. Nunca se casaron pero vivieron juntos cinco años y tuvieron una hija, Linn. Ullman fue la musa e inspiración de Bergman. Él su maestro y guía.
La separación fue tan precisa como la unión. Bergman tenía un carácter áspero, difícil de sobrellevar. Para Ullman vivir en la isla de Faro en Suecia fue un poco tortuoso, más cuando había una filmación, pues desde que el director se levantaba hasta que se acostaba hablaba de la película. Se distanciaron, sin embargo continuaron viéndose y colaborando. Juntos realizaron diez películas: Persona (1966) , La hora del lobo (1968), La vergüenza (1968), Pasión (1969), Gritos y susurros (1972), Secretos de un matrimonio (1973), Cara a cara, al desnudo (1976), El huevo de la serpiente (1977),  Sonata de Otoño (1978) y Saraband (2003).
Dotada de un rostro enigmático del cual emanan emociones penetrantes, destaca su actuación en Persona, en la que interpreta a una actriz de teatro que durante la representación de una obra se queda muda. Sin articular una sola palabra vemos cómo se introduce poco a poco en la frágil vida emocional de una joven enfermera.
Un rasgo distintivo de Ullman es su sensibilidad ante los problemas sociales y económicos del mundo. Durante diez años fue Embajadora de Buena Voluntad en la UNICEF. En 1984 escribió el libro Choices, que trata sobre la desigualdad de las sociedades y sobre cómo alguien puede vivir bañado de champaña mientras muchos otros, millones, no pueden ni tomar un vaso de agua.
Luego de varias décadas dedicadas exclusivamente a la actuación, en 1982 se lanzó como directora. Ha rodado seis películas, dos de las cuales son guiones de Bergman que él mismo le entregó, confiando en el talento de la que fuera su musa.
Treinta años después de conocerse, Ullman encontró con el director un tipo de amor que nada tenía que ver con lo erótico. Una de las últimas veces que se vieron, ambos caminaron hacia el hotel en el cual se hospedaba la actriz en Estocolmo. Según narra, ella sintió la seguridad, confianza, complicidad e intimidad que habían creado a lo largo del tiempo. Ella le llamó a esa experiencia el verdadero amor.
Julio 29, 2011.

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