Meryl Streep, Rubia y Castaña, Programa Doble

A Isabel, porque el amor siempre es posible y nunca llega tarde

Semana a semana Meryl Streep es la favorita de esta cartelera DVD, razón por la cual esta vez queremos hacer hacer la reseña de dos de sus películas románticas filmadas en una época en que, al menos para el editor de esta cartelera, tenía una cara que resulta un verdadero poema (aunque su hermana le haya sugerido operarse la nariz) de acuerdo al guion de Hearthburn.

Y es precisamente esta una de las dos películas que consideramos deben  ver los cinéfilos, y más si son admiradores de esta multipremiada actriz. Hearthburn, o el Dificil Arte de Amar, o se Acabó el Pastel, como se les intituló en Estados Unidos, España y México respectivamente, es una comedia triste sobre las segundas oportunidades, el amor entre periodistas, el proyecto de vida y las diferencias impuestas entre la vida personal y la profesional.

Nora Ephron, autora de la novela y del precioso guión de la película, empieza a contarnos la historia con el arribo de Meryl Streep al vestíbulo de una iglesia, seguida por Jack Nicholson. Desde el momento mismo en que vemos su llegada y aparecen los créditos de los protagonistas, sabemos que estamos ante un producto hecho para el lucimiento de dos grandes estrellas cinematográficas del Siglo XX.

La historia tiene pocas escenas a lo largo de sus 108 minutos de proyección. No juzga a los personajes a pesar de que es ella, la narradora, la que tiene el control del punto de vista.

Una razón más para ver Hearth Burn es la de conocer a Milos Forman, el genial director  de Amadeus, como actor.

La cinta es dirigida por Mike Nichols, también conocido por El Graduado y Closer llevados por el Deseo según su título en español.

La segunda película que compone este programa doble se llama Falling in Love y y su traducción literal al español no puede ser más exacta para describirla Cayendo en el Amor. La historia de dos profesionistas, casados,  que no pueden resistir la sensación de que están hechos el uno para el otro.

Sus respectivos cónyuges, son tan buenas personas como puede serlo cualquier ser humano, solo tienen un problema. No están hechos para ellos.

Como debe ocurrir  en toda película romántica, los trenes son uno de los elementos centrales de la película y la estación de Nueva York es uno de los escenarios más frecuentes. Una película obligada para los cinéfilos, los admiradores de Meryl Streep, de Robert de Niro y para todas aquellas personas que creen en el amor, o que han dejado de creer que existe.

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