7 días en La Habana


Ramsés Ancira

Si usted cree que ver a Emir Kusturika como actor, interpretándose a si mismo; tarareando en un taxi; sobreponiéndose a una cruda espantosa es una escena divertida, 7 días en La Habana es una película para usted. Si es un turista más interesado en la idiosincrasia de un pueblo  que en sus edificios, simplemente no se la debe perder,  y si no sabe quien es Kusturika o prefiere los "tours" en lugar de aventurarse por su propio pie por las calles de una ciudad en las que no se ven policías, tal vez no sea la película que usted disfrutará

Ni en Paris, yo te amo, ni en  su equivalente de Nueva York, los directores habían tenido tanto éxito en capturar el espíritu de una ciudad como los siete creadores de 7 días en La Habana, encabezados por Benicio del Toro.

Bueno, hasta los patrocinadores comerciales son bien recibidos por los espectadores, pues no es lo mismo el ron Habana Club que se ve con toda naturalidad en las escenas de esta película, que los enfoques de las cervezas en el colofón de Rápido y Furioso 6.

Para este espectador y su acompañante, los mejores cuentos son los correspondientes a los directores de lunes, martes y miércoles, pero puede ser que esto se deba a que uno está fresco y las historias correspondientes son las más ligeras y amenas, - como no lo vuelven a ser hasta el domingo- pero aún las más densas, como la totalmente carente de diálogos, Ritual que pertenece al 5 día, Viernes, o El Diario de un Principiante, al Jueves, son pequeñas obras maestras dentro de todo un filme de grandes historias.

7 días en La Habana es una película sobresaliente particularmente por que cuenta historias entretenidas en las que la ficción parece no existir. Son cuentos dirigidos por un elenco internacional que ama su trabajo, ama a  La Habana y nos cuenta la ciudad prácticamente sin  sentimientos personales, más como documentalistas que como relatores de cuentos. Nos cuentan historias reales, muchas de ellas con la estructura literaria del cuento, esto es, con finales sorpresivos, reflexivos o que de cualquier manera nos dejan con el espíritu en alto, expectantes de lo que vendrá a continuación.

Y a veces los personajes no se despiden para siempre, regresan en otro contexto, interactuando con otros protagonistas, en otras situaciones, pero siempre entrañables.

Benicio del Toro, un actor cubano.estadounidense que no pertenece a la derecha de Miami y que antes interpretó a El Che,  es el director de Yuma y nos deja la tarea de resolver si esto significa "u may friend" o algo más insultante para los yanquis. Es desde aqui cuando sus sumergimos en una cultura latina y guapachosa.

Pablo Trapero, de Argentina y recientemente conocido por Elefante Blanco nos regala una historia que nos recuerda a Buena Vista Social Club, quizá por su contenido musical, quizá por su protagonista, el más internacional de los directores y músicos servios desde que era yugoslavo, Emir Kusturika. Este cuento es un  regalo para los cinéfilos, sobre todo a los seguidores de festivales internacionales y muestras de cine.

Julio Médem. Lucía y el Sexo, Los Amantes del Círculo Polar, Habitación en Roma tenía que ser el encargado de contar la historia sobre uno de los estereotipos más atribuidos a los cubanos, la cachondería, y lo hace sin falsos prejuicios y con una grandioso ritmo melódico en La Tentación de Cecilia.

Elia Suleiman, director nacido en Nazareth, en 1960 nos cuenta una preciosa historia estática: ¿que puede hacer un palestino abstemio de alcohol y sexo en una Ciudad como La Habana?. Sin diálogos y sin más que una cara de tonto, cuando no simplemente inexpresiva,.su participación en El Diario de un Principiante es una de las propuestas estéticas más interesantes de la película, aunque nos cambia completamente el ritmo para exigir nuestra absoluta atención como observadores en el siguiente cuento Ritual.

Prácticamente el único que habla en el cortometraje  El Diario de un Principiante es Fidel Castro convertido en actor involuntario que arranca sonrisas más que bostezos con su interminable oratorio

El cubano Juan Carlos Tabío justifica literalmente el título de su historia Dulce Amargo y el francés Laurent Cantent cierra con un poco de realismo mágico en La Fuente.

Leonardo Padura, es el actor que más trabaja en esta cinta al participar como escritor de tres cuentos, los mismos en que aparece como actor Vladimir Cruz en el papel del ingeniero venido a taxista Angelito.

No se pierda los créditos  si quiere ver algunos finales alternativos. Mi calificación para esta cinta 9.5 de 10.

Si quiere ver más detalles de la empresa productora o de los directores le sugerimos seguir este enlace


Los directores de 7 días en La Habana



Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Quiénes son los clientes de la industria del cine?

Una Última y nos Vamos

Las películas de Juan Gabriel