Mission Impossible. Misión Imposible, nación de truhanes

Una vez periodísticamente comprobada y publicada  la participación de la CIA en el terrorismo y el negocio mundial de las drogas para obtener financiamiento con el cual inmiscuirse en naciones extranjeras, en favor de empresas transnacionales de los Estados Unidos, el cine de Hollywwod ha procurado ganarle el desprecio de los ciudadanos en favor de otras organizaciones, ficticias, pero con mejores valores éticos. Es el caso de Mission Impossible Force, cuya franquicia tiene el galán Tom Cruise.

Si el espectador logra abstraerse de sus problemas y la película logra emocionarlo, el cine está cumpliendo una de sus funciones existenciales. Si además le permite atisbar lo último de la tecnología en cámaras, micrófonos y equipos de seguridad, en una ficción divertida se logra un producto que convence al público y a la crítica.

Tom Cruise no sólo actúa. Vive el papel de Ethan Hunt. Pasados ya los 50 años, tiene todo el atractivo que puede ser posible para una persona que supera el medio siglo, corre como un atleta y hace él mismo las escenas de acción. Esto hace que muchos después de haber filmado la escena transmita la energía y haga que suba la adrenalina en las butacas.

Ser un actor nacido en Estados Unidos y pertenecer al establecimiento de la industria del dinero sobre todas las cosas, no le quita simpatía en la izquierda. Luego de Top Gun, donde satisfizo el patrioterismo, hizo Nacido el 4 de Julio y Leones contra Corderos, favoritas de los cinéfilos progresistas, aún dentro de la Unión Americana.

Una traducción más exacta de Mission Impossible V, Rogue Nations, sería Nación de Truhanes y no nación secreta como se le denominó en México.

Espías asesinos de Rusia, Israel, Inglaterra y Estados Unidos, principalmente,  forman un sindicato del terror. Esta vez ya no quieren trabajar para las empresas  que se intuye están detrás de la CIA, el Mossad o el MI6. En la propaganda y avances de Mision Imposible se ha utilizado mucho el improbable abordaje de un avión. Alguien podría pensar que con esto se ha estropeado el argumento de la película. No es así, esto ocurre apenas en el primer minuto de proyección, en uno de los "teassers" o introducciones más efectivos en la historia del cine.

Jeremy Renner (Ojo de Halcón en los Vengadores) Simon Pegg (Scotty, en la zaga Siglo XXI de Star Trek

Aún películas clásicas como en la serie de James Bond y en varias de Avengers, ya no digamos en Transformer, llegan a tener tal abundancia de golpes, persecuciones y efectos visuales que acaban por volverse aburridas.

No es el caso de Misión Imposible. Esta es una montaña rusa muy bien construida, con largos segmentos para reponerse antes de la siguiente, vertiginosa y emocionante caída.

Buena ventaja es que el escritor de la historia sea el mismo que hace el guión y la dirección

Christopher Mc Quarrie, unos años más jóven que Cruise, tiene  una muy buena química con el protagonista. Se nota que ambos dejan hacer lo que el otro tiene que hacer y el resultado es bueno.

La sueca Rebeca Ferguson, es más que los hermosos muslos de una mujer de 1.70 de estatura, tiene una personalidad avasalladora, y el papel de Ilsa Faust le viene de maravilla con y sin bikini, con y sin la fantasía erótica que despierta su largo vestido amarillo de gala, con tan prácticas aberturas para subir tramoyas.


Como en El Padrino III, la opera es un elemento importante de la apoteosis. Lo magnífico es que no es el desenlace.

Ving Rhames (Pulp Fiction) Simon Pegg (Scotti en la zaga Siglo XXI de Star Trek y Jeremy Renner (Ojo de Halcón en Avengers) completan el equipo de Misión Imposible, una película a ver sin falta como tratamiento para la depresión, para ver de forma amable y sin moralismos el crudo mundo del espionaje. o como sustituto si no puede pagarse un viaje por Marruecos y la Gran Bretaña.


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