Spotlight, En Primera Plana + La desaparición de CNI Canal 40

Por Ramsés Ancira

Conocer de cerca el complot que armaron Martha Sahagun de Fox, Lorenzo Servitje y Ricardo Salinas Pliego, con la ayuda de Emilio Gamboa Patrón y el STIRT para destruir CNI Canal 40, tras la difusión del reportaje sobre las víctimas del sacerdote pederasta Marcial Maciel, me convirtió en un apasionado espectador de Spotlight. También hizo que se me quedara grabada una de las frases de la película. Parafraseando: ¿Con que así funciona esto? Una cadena de personas volteando para otra parte.

Esta deformación profesional me hace pensar que solo un periodista apasionado por descubrir cosas, por luchar para que no queden impunes, puede disfrutar plenamente de una película como En Primera Plana.

Pocos días después veo que el senador panista Roberto Gil Zuarth hace un convenio con la Universidad Panamericana - que representará para el Estado Mexicano una fuerte sangría económica- a fin de que les regalen a los senadores maestrías que los legitimen académicamente. ¿Por qué no lo hizo con la UNAM, la Ibero o alguna otra universidad, preferentemente pública? Necesitaríamos un equipo como el de spotlight, un grupo de periodistas investigadores trabajando meses o incluso años, de tiempo completo, en un sólo caso, para poder saberlo.

En El Club, Pablo Larraín nos muestra una pequeña comunidad en la que confina a sacerdotes, que entre otras faltas, tienen la de haber abusado sexualmente de menores. En Obediencia Perfecta Marcial Maciel es el modelo que inspira a los guionistas para hablar de un sacerdote abusivo y enfermo, pero En Primera Plana, no hay detalles escabrosos de niños abusados o sacerdotes arrepentidos,, todo el tiempo estamos ante el conflicto periodístico: reportar o no reportar, cómo investigar un tema que esconden abogados y jueces, pero sobre todo, enfrentar o no el boicot que traerá decir verdades incómodas para los poderosos millonarios  de una población predominantemente católica.

Una película como En Primera Plana se aborda con un elenco en el que el peso de la actuación se reparte: Michael Keaton, Marc Ruffalo, Rachel Mc Adams, Liev Shrieber, o John Slatteri (el publicista de cabello plateado en Mad Men y quien de veras es un actor de Boston) difícilmente podrán aspirar a un premio estelar porque todos se ponen al servicio de producto en el que lo más notable es el guión de Josh Singer y Tom Mc Carthy, que además dirige. Notable también Stanley Tucci, irreconocible como siempre que no aparece en un papel de calvo.

La diferencia de lo que ocurrió con un periódico de Boston y un canal de televisión en México, es que allá, años después, se sigue poniendo como ejemplo, como lección de ética del periodismo de investigación; mientras que aquí Emilio Gamboa sigue siendo un político impune,  el empresario Lorenzo Servitje se arrepintió, pero Canal 40 no regresó a sus concesionarios originales y los periodistas que ahí laboraban a pesar de ganar laudos, no cobraron las liquidaciones a las que tenían derecho y periodistas como Ciro Gómez Leyva decidieron que es más rentable volverse portavoz de políticos en el poder.

En Primera Plana es una lección del ser y el deber ser del periodismo de investigación. Una lección del trabajo en equipo. De lo que se necesita para llevar a buen puerto una historia: un pleno respeto de los empresarios a su director, de este a su jefe de información y de este a sus reporteros especiales.

Hay escenas en la película de una fidelidad absoluta, como la que muestra la inquietud de los reporteros sobre lo que sucede tras una sala de juntas cuando llega un directivo nuevo, o de como se hacía una investigación en archivos antes de que tuviéramos Internet. Merecidas las tres nominaciones al Globo de Oro, las seis al Oscar y los tres premios ya otorgados por la Unión de Mujeres Periodistas, y otros tres de la Asociación de Críticos de Boston, incluyendo el de mejor conjunto o ensamble de actores.

El reportaje en La Jornada de Salvador Guerrero Chipres, que le valio el Premio Nacional de Periodismo, fue la fuente del programa de televisión de la Serie Realidades sobre Marcial Maciel y el fin de un canal dedicado al periodismo de investigación.

Desde el concesionario hasta los reporteros y redactores nos hicimos solidarios para que este programa saliera al aire. Estábamos emocionados. No era el caso de la gente de comercialización que ya veía venir la debacle.

Pronto la capitalizó Salinas Pliego para beneplácito de Marta Sahagún y los legionarios de Cristo que así  se vieron vengados de la afrenta. Ellos se quedaron con un canal, nosotros con medios para escribir la historia, sin que puedan censurarnos o desaparecer nuestros testimonios.

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